Comemos en el restaurante "La Raviolina" de Donostia
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- By Beatriz Ganado Palacios
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En el pasado mes de abril fui invitada al #Eventobvloggersdonostia de gastronomía y hogar en el que colaboró el restaurante "La Raviolina" situado en el casco antiguo de la ciudad de San Sebastián, concretamente en la calle Puerto nº 9.
Esta empresa nos ofreció para cada una de las participantes un vale para disfrutar de una comida o cena en el restaurante para dos personas que nos incluía un plato principal, una bebida y un postre para cada uno de los comensales.
El vale no tenía caducidad, un punto muy a favor para poder ir cualquier momento. Mi pareja y yo escogimos el viernes 6 de diciembre que fue festivo nacional y no trabajamos para acudir, y de paso conocer la ciudad en la que ninguno de los dos habíamos estado un día específico para verla.
Para reservar llamé con 10 días de antelación a Laura, la dueña, y muy amablemente me miró los horarios disponibles y se encargó de hacernos la reserva en la web para las 13:30h, una hora perfecta para comer y nada más terminar irnos a ver Donosti.
Nada más llegar nos encantó que el restaurante estuviese tan bien situado en el barrio antiguo de la ciudad, en el que disfrutas de los rinconcitos a cada paso que das. Es muy fácil de encontrar y lo localizamos fácilmente ya que tenía un gran cartel iluminado en la fachada.
Al entrar en el restaurante, con motivo de las fechas próximas a la navidad nos lo encontramos totalmente decorado, y yo que soy una apasionada de la navidad os imagináis lo mucho que me gustó comer en un ambiente tan bonito y navideño.
Como se puede apreciar en la foto tenían un gran árbol de navidad y un "fotocall" justo al lado de la puerta, y como no podía ser de otra manera me tuve que sacar la foto antes de comer!!
Nada más terminé de sacarme la foto nos atendieron y nos asignaron mesa super rápido, me sorprendió la cantidad de personal que había, que en todo momento estaban atentos a ti.
Nos sirvieron todo muy rápido, para mi una atención al cliente de 10.
Algo que tanto a mi chico como a mi nos encantó es la decoración del restaurante, que tiene dos zonas, la primera en la que las mesas son de un estilo más moderno en tonos marrones y con una especie de sofá de madera.
Mientras que al final del restaurante hay otra zona con mobiliario de un estilo más clásico en color blanco y con una marcada decoración floral, ya que encontramos los techos llenos de hojas, que le dan un toque muy especial.
A nosotros nos sentaron en esta segunda zona, justo enfrente del pizzero, lo que me encantó ya que pude ver como se lanzaba las masas de una mano a otra, algo que siempre me ha parecido espectacular y que por más que lo he intentado en casa a mi no me sale jaja
Una vez snetados nos atendieron super rápido, en pocos minutos teníamos nuestras bebidas para poderlas disfrutar mientras decidíamos el plato principal que íbamos a tomar.
La carta me encantó, ya que era muy vintage y me encanta este estilo. En ella nos encontrábamos los entrantes, los platos principales, los postres y las bebidas.
Nosotros pedimos pizza, que aunque estuve tentada a pedir pasta, mi pasión por la pizza me conquistó, y mi chico siempre que vamos a un italiano la pide, así que en su caso no hubo dudas.
Yo me decanté por la barbacoa, que estaba compuesta por mozarella, ternera picada, tacos de pollo y salsa barbacoa.
Mi chico se decantó por la Alto Adige, que estaba compuesta por tomate, mozarella ahumada, speck (nos dijeron que era jamón típico italiano), parmiggiano y rúcula.
Y no sé a vosotros pero a mi es volver a verlas y se me hace la boca agua, yo me atrevería a decir que es la mejor pizza barbacoa que he probado en mi vida, la de mi chico yo la probé y estaba buena pero no es de mi estilo, pero a él le encantó. De echo lo estuvimos hablando, y sin duda si volvemos a Donosti no nos vamos a complicar buscando sitio para comer, con la calidad de las pizzas que probamos nos ha bastado para volver allí de cabeza.
Las pizzas las servían con un cortador de rueda además de los cubiertos tradicionales, a mi la verdad que me fue muy útil para cortarla en trozos grandes y después irla cortando con cuchillo y tenedor en trozos más pequeños.
Una vez terminamos nos tocó elegir el postre, que la verdad que me costo decidirme, porque si no hubiese estado tan llena habría comido dos, con ganas me quedé, pero a riesgo de explotar me comí solo uno jaja
Yo me decanté por el Canoli Siciliano, que se trata de una crujiente galleta italiana rellena de ricotta, chocolate y pistacho.
Mi chico se decantó por la tarta de chocolate, que en la carta nos especificaba que era perfecta para los amantes del chocolate.
Probé ambos y la verdad que me encantaron, si sois golosos como nosotros no le podréis decir que no a ninguno de los postres que tienen en la carta, sin duda si vuelvo probaré la panacotta, que es un postre que me apasiona.
La verdad que he quedado muy contenta, un servicio de 10, unos productos exquisitos y un lugar muy agradable para disfrutar de la comida, espero poder volver.
Si vais a donosti de visita no dudéis en pedir vuestra reserva, os prometo que no os vais a arrepentir.